En otro de sus “papeles sueltos”, Buenaventura
Luna mecanografió este pensamiento que, hoy más que nunca, mantiene su vigencia:
“Pero
leal a mi destino,
como el gaucho Martín Fierro
tiro mi flete al destierro
y a la vieja toldería…
¡Pobrecita, patria mía
al contemplarte me aterro!”
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