Con motivo de cumplirse
nuestro Bicentenario, el área de cine de
El Pensamiento de Buenaventura Luna
jueves, 23 de septiembre de 2010
1944: Buenaventura Luna y el Terremoto de San Juan
miércoles, 22 de septiembre de 2010
domingo, 12 de septiembre de 2010
Buenaventura Luna en el Tercer Congreso Argentino de Cultura
Por Carlos Semorile
Casi podría decirse que en pocas
horas comenzará a sesionar en San Juan el Tercer Congreso Argentino de Cultura.
Entre el miércoles 15 y el domingo 19, más de 5.000 participantes arribarán a
una ciudad que viene de ser anfitriona del II Congreso Internacional
Extraordinario de Filosofía en 2007 y, recientemente, del Primer Congreso
Internacional Extraordinario de Ciencia Política. Sin embargo, puede
vaticinarse que la convocatoria a un amplio abanico de actividades paralelas al
debate académico, provocará una magnífica respuesta popular que se instale como
otro de los hitos de este Bicentenario.
Mientras las conferencias, y las
discusiones en mesas y foros procuren avanzar lo más posible hacia
Valoramos mucho este gesto que
nace de un genuino amor por el poeta que retrató a su comarca, y por el hombre
que consiguió que la metrópoli escuchara -y difundiera- la otra música
argentina que no era el tango. Pero si escribimos estas líneas es porque
pretendemos incidir para que no se lo enclaustre a Buenaventura en los
habituales registros del nostalgioso que solamente evocaba su vallecito “perdido entre la piedra y la arena”.
Eusebio Dojorti, si hemos de ser justos a su memoria, sabía de pasados
irremediablemente perdidos o por perderse pero, desde muy joven y hasta el
último de sus días, miraba hacia el futuro. Es por ello que habló del Corredor
Bioceánico (tema de una de las primeras disertaciones del día miércoles), y es
por lo mismo que en 1952 viajó a Chile por el todavía pendiente Paso de Agua
Negra.
Sus escritos de aquel viaje
hablan el mismo lenguaje que se escuchará en este Tercer Congreso Argentino de
Cultura: la identidad regional en el marco de la integración latinoamericana. En
su libreta de anotaciones, como lo señalamos oportunamente, conviven sus
puntillosas observaciones del potencial comercial, técnico, industrial, laboral
y hasta turístico de este camino, con el registro de las voces comunes a ambos
lados de
En este sentido, su militancia
por
Podríamos continuar dando ejemplos de un pensamiento que no está -acaso porque no lo estuvo nunca- en el pasado, y que todavía tiene aportes que realizar, a condición que abandonemos la comodidad del ícono ya conocido. Y que seamos capaces de leer con desprejuicio a este sanjuanino periférico que trabajó sobre el dilema “civilización ó barbarie” y lo reformuló en sus propios términos: “Una civilización puede derrumbarse, y se derrumba. Pero la cultura no; a la larga el hombre siente necesidad de buscarse en lo nacional, en sus cantares y en sus coplas”. Un lema, creemos, bajo el que se pueden discutir unas cuantas cosas de nuestro pasado, nuestro presente y nuestro porvenir.
jueves, 2 de septiembre de 2010
Eusebio Dojorti, militante y periodista
Por Carlos
Semorile
La
reglamentación de
Se
menciona, y es justo que así sea, que Eusebio publicó su primer artículo cuando
apenas contaba con doce años: fue en el periódico jachallero “Nuevos
Horizontes”, y allí también aparecieron “unas décimas adolescentes a un amor
frustrado” (en Buenaventura Luna, su vida
y su canto, de Gargiulo, Yanzi y Vera). También se cuenta su paso por los
periódicos
Se
sabe que luego de 77 días de cautiverio logran fugarse de la misma con la ayuda
del miliciano Rodolfo Flores (un antiguo peón de la finca huaqueña de sus
padres), pero se conoce menos que al llegar a la capital mendocina fueron
recibidos por una multitud que escuchó las palabras que los evadidos les dirigieron
desde los balcones del diario
Sin
embargo, es necesario hacer algunas precisiones porque, aún sin tener en menos
su vocación por las letras, lo cierto es que Dojorti hace su ingreso de adulto
joven al periodismo desde la militancia y al servicio de una causa. Que era,
justamente, “
El
Eusebio Dojorti que comienza a escribir en los periódicos bloquistas es, pues,
un militante que lucha contra el conservadurismo que, desde la oposición, llegará
a extremos inusitados de violencia simbólica a través de la prensa escrita. Por
citar solo un par de ejemplos: desde Buenos Aires el diario
En
ese clima de hostigamiento permanente, pero también de absoluta libertad de
prensa, Eusebio Dojorti irá formándose como redactor de
Para
cerrar, digamos simplemente que Eusebio Dojorti siguió ejerciendo el periodismo
casi hasta el final de sus días, publicando en medios locales y nacionales de
Argentina y Chile. El hecho de que sus artículos aparecieran bajo el seudónimo
de Buenaventura Luna no cambia lo esencial: su palabra seguía estando al
servicio de una idea, y esa causa fue, como siempre, la de “la chusma de
alpargata”.