Por Carlos Semorile
Así reza
simplemente esta hoja suelta, mecanografiada por Buenaventura Luna en la que,
como tantas otras que deben haberse perdido, Eusebio seguía anotando más versos
paras sus “Sentencias”. En este caso, con una fuerte impronta espiritual y cristiana:
“¡Qué saben de tus tropiezos
los escombros del camino!...
No hagas nunca el desatino
de fabricar “aleluyas”,
pa´ achacar las faltas tuyas
tan solamente al Destino.
Y aunque por Ley inviolable
no se vive sin dolor,
siempre es más duro el rigor
del que maldice, inconsciente,
culpando a la extraña gente
de su propia falta de amor.
Si sabes cuidar tu alma,
bien podrás vivir contento;
si en el más negro tormento,
si renegar de tu cruz,
buscas salvarte en la luz
que Dios onos ha puesto adentro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario