El Pensamiento de Buenaventura Luna

Eusebio de Jesús Dojorti, popularmente conocido como Buenaventura Luna, fue un destacado folklorista sanjuanino nacido en 1906 en Huaco y fallecido en 1955 en la ciudad de Buenos Aires. Pese a que éste es su perfil más conocido, su trayectoria pública tuvo muchas otras facetas: fue militante político, periodista, escritor costumbrista; creador, director y productor artístico de grupos de música nativa; libretista y animador de sus propios programas radiales; poeta, músico, letrista y recitador. En cada una de estas áreas puede rastrearse una rabiosa piedad política por el semejante, por el hombre y la mujer humildes del país argentino, por la Justicia Social. Este blog intentará dar cuenta de la originalidad y la riqueza que Dojorti/Luna desarrolló en su infatigable laborar en el ámbito de la Cultura Popular: una reflexión que puede enmarcarse dentro del Pensamiento Nacional pero también, y a la vez, un pensamiento propio. Un Pensamiento Dojortiano.

martes, 13 de julio de 2010

Linajes Políticos, Herencias Revolucionarias

Por Carlos Semorile Maestre

 

En 1971 se daba un cambio de mando en la dictadura militar que gobernaba desde 1966: desplazado Marcelo Levingston, asumía Alejandro Agustín Lanusse y bajo su atenta supervisión se formulaban las bases y métodos del futuro Terrorismo de Estado. Una de las víctimas de aquel período represivo fue el hijo menor de Eusebio Dojorti y Olga Maestre, Juan Pablo Maestre. Militante peronista, Juan Pablo fue secuestrado en el barrio de Belgrano junto con su esposa Mirta Elena Misetich, y su cadáver fue encontrado el 13 de julio de 1971 en un zanjón de la zona de Escobar; Mirta, en cambio, permanece desaparecida desde entonces. A 39 años de aquellos tristes acontecimientos, y como un modo de homenajearlos pero también de comprender las motivaciones de sus militancias revolucionarias, escogemos estas palabras que Mónica Maestre pronunció el pasado 26 de noviembre de 2009, cuando se impuso el nombre de su padre, Buenaventura Luna, a la Hemeroteca de la Biblioteca del Congreso de la Nación:

 

“Estimadas amigas y amigos, antes que nada quiero agradecer a la Casa de San Juan por la realización de este emotivo acto, y especialmente al Diputado Nacional Juan Carlos Gioja, promotor de esta justa iniciativa que hoy nos reúne en torno a la figura y la obra de Buenaventura Luna. Quiero decir que me enorgullece que una sala de la Biblioteca del Congreso Nacional lleve justamente el nombre de quien fue un gran lector de libros, de rostros, y de la realidad social y política de nuestro país. Quien lea una cosa no puede desentenderse de las otras, y mi padre mantuvo a lo largo de su vida una lectura consecuente con la Justicia Social y con el anhelo popular de llegar a construir una Nación efectivamente Libre y Soberana bajo el cielo argentino. También me llena de orgullo que nunca haya pedido menos, y que en el corazón de sus paisanos su seudónimo se asocie -intuitiva pero certeramente- con algunas de las mejores tradiciones comunitarias argentinas: la alegría del trabajo compartido, el amor derramado a modo de solidaridad, la porfía en valorarnos como pueblo pese a todo el autodesagrado inculcado a marcha forzada.

 

Digo las palabras amor solidario, alegría y autoestima social, y pienso en nuestro hermano Juan Pablo Maestre, el menor de los hijos de Olga Maestre y Eusebio Dojorti. Juan Pablo también amó los libros, y siendo muy joven llegó a ser bibliotecario de Sociología en la antigua Facultad de Filosofía y Letras. Pero también leyó en los rostros y en la dura realidad y, como nuestros padres, supo entender que la Patria es el Pueblo. En esto también se pareció a Eusebio: en su sentido compasivo de la existencia humana y en su sentido revolucionario del devenir histórico. Sin ruborizarme, y sin cederles el término a los fantoches de siempre, puedo decir que Juan Pablo fue un patriota porque peleaba por una Patria Justa que redimiera a sus hermanos. Las coincidencias con nuestro padre no acaban allí. Se prolongan en un modo de sentir la tierra y su gente, pues Juan Pablo también componía motivos argentinos, y los cantaba bellamente. Y un hecho curioso también enlaza sus nombres: en la entrada de la Biblioteca Nacional, el nombre de Juan Pablo encabeza la placa que recuerda a los bibliotecarios asesinados o desaparecidos por mandato de quienes quieren que sigamos siendo una factoría.

 

¿Por qué son importantes los libros en la vida de las personas? Cuentan que el padre de mi padre, Ricardo Dojorti, los leía a raudales y que peleaba para que el ferrocarril y el progreso llegaran a Jáchal. Mi padre siguió leyendo y, al igual que Scalabrini Ortiz, escribió que el trazado de aquellas vías violentó las rutas históricas argentinas. Su hijo continuó este largo ciclo de lecturas para intentar torcer un siglo y medio de infortunios y desdichas. Quiero decir, entonces, que celebro que esta Biblioteca resguarde el nombre de mi padre. Imagino que otro argentino puede procurar conocer los motivos que se ocultan detrás del fatalismo y la desesperanza, y Buenaventura Luna le abrirá una senda hacia la dignidad y el orgullo dentro de lo Nacional y Popular. Hoy es, además, un hermoso tiempo propicio para luchar y recrear nuestra identidad”.

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