El Pensamiento de Buenaventura Luna

Eusebio de Jesús Dojorti, popularmente conocido como Buenaventura Luna, fue un destacado folklorista sanjuanino nacido en 1906 en Huaco y fallecido en 1955 en la ciudad de Buenos Aires. Pese a que éste es su perfil más conocido, su trayectoria pública tuvo muchas otras facetas: fue militante político, periodista, escritor costumbrista; creador, director y productor artístico de grupos de música nativa; libretista y animador de sus propios programas radiales; poeta, músico, letrista y recitador. En cada una de estas áreas puede rastrearse una rabiosa piedad política por el semejante, por el hombre y la mujer humildes del país argentino, por la Justicia Social. Este blog intentará dar cuenta de la originalidad y la riqueza que Dojorti/Luna desarrolló en su infatigable laborar en el ámbito de la Cultura Popular: una reflexión que puede enmarcarse dentro del Pensamiento Nacional pero también, y a la vez, un pensamiento propio. Un Pensamiento Dojortiano.

viernes, 19 de julio de 2024

"Luego recobra su aliento"


 

 

   Nuestra madre y abuela Olga Maestre solía usar una expresión categórica y precisa cuando una expresión artística carecía de calidad o -peor aún- degradaba algo genuino, y entonces decía “Puro ripio”.  

Este modismo lo había tomado a préstamo del padre de sus hijos, Eusebio Dojorti, quien solía usarla en las mismas circunstancias para descalificar lo que fuera que pretendieran venderle como arte, sin serlo.

Brígida Maestre –hija de ambos- pensaba que su padre había sido exigente “y diría que hasta duro con sus músicos”, pero ello se debía a que, antes que con el resto, “primero era muy exigente consigo mismo”.

En la vida literaria de un escritor y poeta esto se ve reflejado en sus escritos que suelen estar cruzados por tachaduras y por distintos tipos de enmiendas que buscan mejorar el texto o, como en este caso, el verso.

Como puede leerse en el escaneo, Buenaventura va ensayando diversas variantes. En un momento escribe “El valle…”, del que va a decir que “queda un momento como en un vago estupor”, pero luego se decide porque sea “La vida…” misma la que permanezca en estado de estupor. En esta deriva, hay varias líneas tachadas por completo y hay un inicio también descartado, pero luego rescatado para que sea la primera línea del pulso final del verso, cuando dice: “Luego recobra su aliento…”.

Lo recobra el valle, y lo recobran los versos del poeta buceador que no se conforma con la primera versión de lo que escribe. Era, como también decía Brígida, un gran laburador y no se permitía caer en el “puro ripio”.

Carlos Semorile.

 

La piedra se trueca en otro

y la nieve en arrebol:

sobre el cerro, como un toro,

se está desangrando el sol.

 

(Siguen cuatro líneas tachadas)

(Tachado: El valle) La vida queda un momento

como en vago estupor…

(Tachado: Luego recobra su aliento)

sin el más leve rumor

sin el más vago movimiento.

Luego recobra su aliento

(Siguen cinco líneas tachadas)

laborioso y creador;

y sobre el fresco verdor,

en toda extensión del agro,

cada espiga es un milagro

y un prodigio cada flor.


Zamba de la Toldería - Grupo Yaraví

jueves, 18 de julio de 2024

Zamba Triste - El Chango Huaqueño

Dorada como un canto de cencerros


  

Una muestra de lo que la inspiración de Buenaventura Luna fue dejando esparcida en tantas hojitas sueltas, como esta donde escribió:

 

Dorada como un canto de cencerros,

como una tarde que murió otro día,

yo la encontré una tarde entre los cerros,

cuando el sol de los Incas se moría.

miércoles, 17 de julio de 2024

Chacarera de la Chaya - Eli Domínguez y Jonatan Vera

El molde de lo real


 

   Un par de días atrás publicamos un fragmento de un texto de Buenaventura titulado “Descripción de Maclacasto, pago de los gauchos pobres”, destinado a su audición “V Doble Zafarrancho Vocal”.

Dijimos entonces que era probable que “Maclacasto” fuese una localidad imaginada por Luna para situar allí su relato que tiene, como señala la amiga Helena Atienza, todos los componentes de una realidad social concreta. Por su parte, y consultado por nosotros para despejar cualquier duda, el compañero José Casas nos confirmó que no hay registro de que haya existido un pueblo llamado así, y que es verosímil que Eusebio Dojorti tomara a Tucunuco como modelo de “Maclacasto”.

Recordemos (siguiendo la investigación que nuestro hermano Casas llevó adelante como parte de su Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNC (2015) –parte de esta tesis luego la incorporó en nuestro libro “Huaco, la tierra que yo más amo”-), que tras el fracaso de la Unión Regional Intransigente, y antes de dedicarse a la radio con el seudónimo de Buenaventura Luna, Dojorti bregó por los pueblos de la travesía, entre los cuales estaba Tucunuco.

De ahí la importancia de este nuevo hallazgo que, por lo que llevamos dicho, puede ser datado hacia los mismos años que la ya compartida “Descripción de Maclacasto” (acaso 1935, 1936 como muy tarde). En este caso, el texto es más breve y se halla manuscrito en una hoja suelta, de tamaño mediano, y que lleva señales del paso del tiempo (tiene un doblez a mitad de la hoja que puede subsanarse, pero le falta parte del margen superior derecho). Por lo demás, si bien comienza de modo similar, luego varía y es muy interesante la manera en que Dojorti/Luna presenta a las mujeres del pueblo reclamando a viva voz, mientras los hombres callan.

Carlos Semorile.

Descripción de Tucunuco, pago

de los gauchos pobres

Sábado. Pagan en los “Jasllampes”. Esto quiere decir que hay disgustos y satisfacciones a todo pasto. En los “Jasllampes” tienen “el” costumbre de “tratar a los cristianos, grandes y chicos, todos los sábados, porque todos los sábados hay “arreglo” general de libretas.

Este “mal costumbre” que los patrones tienen de amonestar a la pionada, suscita con frecuencia comentarios diversos en las quinchas. Casas de mujeres que siempre tienen la lengua más suelta que el cristiano varón…

-¡Eso es pa´ que viás vos!... Ya va pal año y tuaviya no los han daula libranza pa´ sacar esos trapos de la tienda ´el turco ´e la Villa…

Los cristianos varones, ¡como si lloviera!... No oyen, no piensa p´ajuera… Como si también tuvieran callos en el entendimiento…

Pero las mujerucas son porfiadas:

-¡Y tan amigos que son de las “retailas”! ¡Eso es lo que más me gusta a mí! Uno se mata pa´ servirleh bien, hasta con los changos, pero ellos nunca tan conformes…


martes, 16 de julio de 2024

"Entre Chile y Argentina"


    En otro de sus “papeles sueltos”, Buenaventura Luna dejó manuscrita esta belleza que habla de su viaje a Chile en 1952:

 

“Entre Chile y Argentina,

yo no tuve más amigo,

no más reparo ni abrigo

que esta manta sanjuanina.

 

Poncho de las arrierías

que en otro tiempo pasaron,

hace tiempo que se enfriaron

las manos que te tejieron,

las manos que te cardaron”. 


Chacarera de la Chaya - Andrés "Lolo" Hidalgo

lunes, 15 de julio de 2024

Narrar lo propio



 

   Desde hace unos días venimos publicando fragmentos de escritos –por ahora mecanografiados, pero pronto llegarán los manuscritos- que están entre los invaluables “papeles sueltos” de Dojorti/Luna.

El que hoy compartimos (junto con el escaneo correspondiente al fragmento que citamos), tiene  algunas particularidades que vale la pena señalar. Se trata de la primera parte de una narración que Buenaventura ubica en la imaginaria localidad de “Maclacasto”, y este relato estaba destinado a salir al salir en “V Doble Zafarrancho Vocal”, la segunda de sus audiciones en la antigua Radio Graffigna de San Juan, allá por 1936.

Al final de esta primera entrega de su texto, Luna decía: Amigos de V DOBLE: Esto se va haciendo demasiado largo. Con la licencia de Uds., continuaré mañana este relato que, como ya se ha dicho, denominamos “Descripción de Maclacasto, pago de los gauchos pobres”. Y debajo de estas líneas, mecanografió los breves anuncios de la Farmacia Yanzi (de Rivadavia y Sarmiento) y de los taxis “estacionados en la Plaza de Mayo”. Lo cual confirma que siempre escribió las publicidades de sus programas.

Respecto del contenido propiamente dicho de su estampa, diremos lo mismo que ya dijimos en tantas oportunidades: resulta imprescindible narrar lo propio porque, como es sabido, no se ama lo que no se conoce.

 

DESCRIPCIÓN DE MACLACASTO,

pago de los gauchos pobres

SABADO- Hacia el poniente de piedra y nieve, la media tarde voltiada ya va queriendo atropellar las tranqueras que dan campo a la noche. Están pagando en “Los Jasllampes” de Maclacasto, pago de los gauchos pobres. Contra la compuerta del almacén –establecido en un cuarto esquinero del viejo caserón- se apretuja la pionada: hombres, mujeres y niños de toda laya y tamaño, en pintoresco abigarramiento de pantalones de jerga, batas azules, percales lunarejos o floreados, mantos oscuros y cotas de lienzo azargado, que el día del estreno posiblemente fueron blancas…

Abigarramiento de trapos y de carne cansada y hambrienta: campañistos, pastoreadores, camperos, regadores; chinitas segadoras, alzadoras de trigo o quebradoras de maíz; mujerucas con labores a destajo: chuchoqueras, tejedoras, hilanderas, majadoras, entrojadoras, deschaladoras….; changos negritos –carnes magras y ojillos bailones de malicia-; loriadores, langosteros, alquicheros, ovejeros…, todos niños con el alma silenciosa habituada a la soledad de los campos, con sus alternativas escasas pero siempre serias: la persecución del zorro, la lucha contra la víbora y  la “uplupa”, la caza de pájaros a live u honda, el hurto de pichones de los nidos… Niños, changos campesinos, escépticos y desconfiados por razón de ambiente… Niños que tienen en más estima la diligente y leal amistad de su choco lanudo y olfateador, que los pone sobre aviso de todo peligro y posibilidad de aventura, que no la palabra casi siempre interesada y artera de sus semejantes.


sábado, 13 de julio de 2024

Leal a mi destino


 

En otro de sus “papeles sueltos”, Buenaventura Luna mecanografió este pensamiento que, hoy más que nunca, mantiene su vigencia:

 

   “Pero leal a mi destino,

como el gaucho Martín Fierro

tiro mi flete al destierro

y a la vieja toldería…

¡Pobrecita, patria mía

al contemplarte me aterro!”

martes, 9 de julio de 2024

“Los civilizadores sin pueblo”


 

   Vayan, en este 9 de Julio, estas reflexiones que Buenaventura Luna mecanografió –en uno de sus famosos “papeles sueltos”- como introducción para el vals “Los Últimos Gauchos”:

 

   “Tuve en mi pago, en un tiempo,

hijos, hacienda y mujer.

pero empecé a padecer…”

   Es el gaucho. Hijo de aquel que anduvo contrapuntiando malambos de muerte tras el poncho de Balcarce, tendido como una bandera de redención a todo viento.

   Un día se cinchó el culero y se ciñó la vincha -esa misma vincha de la doma y la cuadrera allá en las pampas- porque sabía que el galope iba ser largo…, hasta la mesma boca de los cañones españoles. Y se terció a la espalda la guitarra, porque a eso iba: a cantar los cielos de la revolución, las cifras de las marchas esforzadas, las bagualas de la victoria en los campamentos de Belgrano, en los fogones gloriosos de Martín Güemes, gaucho siempre y General a ratos…

   Y otro día…, en la Posta de Humahuaca sofrenó el caballo sobre la rota artillería de La Serna, sobre astillas de fusiles y cañones…, y tantió la rienda, pa´ volverse a la querencia, al rancho perdido cuatrocientas leguas adentro de su pampa grande…

   Volvía con la vincha tinta en sangre y el cuero en gracia de las cicatrices, pero traía soles de gloria en el culero!... Y la guitarra llena de sonoros himnos victoriosos… Y el drama es ese: porque después, los civilizadores sin pueblo, los dirigentes sin masa argentina lo condenaron porque no podían soportar en él –tan sencillo y tan creyente y tan patriota- la presencia abrumadora de su grandeza y de su gloria. Los avergonzaba…

   Un comisario le arrancó la vincha, le quitó el cuchillo, le robó el culero de los soles inmortales de Tucumán y Salta… Y el drama es ése:

   “Al ranchito lo quinché

cuando golví de la guerra…”