El Pensamiento de Buenaventura Luna

Eusebio de Jesús Dojorti, popularmente conocido como Buenaventura Luna, fue un destacado folklorista sanjuanino nacido en 1906 en Huaco y fallecido en 1955 en la ciudad de Buenos Aires. Pese a que éste es su perfil más conocido, su trayectoria pública tuvo muchas otras facetas: fue militante político, periodista, escritor costumbrista; creador, director y productor artístico de grupos de música nativa; libretista y animador de sus propios programas radiales; poeta, músico, letrista y recitador. En cada una de estas áreas puede rastrearse una rabiosa piedad política por el semejante, por el hombre y la mujer humildes del país argentino, por la Justicia Social. Este blog intentará dar cuenta de la originalidad y la riqueza que Dojorti/Luna desarrolló en su infatigable laborar en el ámbito de la Cultura Popular: una reflexión que puede enmarcarse dentro del Pensamiento Nacional pero también, y a la vez, un pensamiento propio. Un Pensamiento Dojortiano.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Ofertorios de los Pobres, por Buenaventura Luna



Ofertorios de los Pobres

Por Buenaventura Luna




De patay -güen alimento-
y de algarroba tamién,
en Jáchal cargué el jumento
pa´ mi Niño de Belén.

De Angaco vengo al galope,
porque allí mi amor halló
un cantarito de arrope
que le traigo al Niño Dios.

De Valle Fértill -edén
de humildes cosas benditas-
traigo esta yunta ´e cabritas
para el Niño de Belén.

Yo traigo desde Media Agua
un costal de trigo arroz.
Haganlé “guanaco” y “guagua”
de güen pan al Niño Dios.

Yo soy muy pobre, Niñito.
Muy pobre, pero de tino,
y te traigo este gallito
que le sobraba al vecino...

Yo soy marucho de tropa
-naides más pobre que yo-,
pero le traigo esta ropa
pa´ abrigarlo al Niño Dios.

Para un niño que no llora
y tiene la boca pura,
traigo esta cesta ´e totora
llena de fruta madura.

Yo soy de La Majadita,
soy pastorcillo tamién;
y le traigo esta ovejita
a mi Niño de Belén.

Le traigo al Niñito puro
con todo mi sentimiento,
este membrillo maduro
de mis pagos de Sarmiento.

De la tierrita ullunera,
de la que soy oriundo,
yo le traigo al Rey del Mundo
muchas uvas... y una pera.

Y yo te traigo, changuito,
de Veinticinco de Maio
este melón chuñusquito
(no vas a crer que es zapaio).

Tan sólo este manso güey
le traje de Trinidad,
en ofrenda al Niño Rey
del amor y la bondad.

Y yo te ofrezco estas brevas
fresquitas del Albardón,
a ti, que contigo llevas
mi vida en tu corazón.

Desnudo el pecho moreno,
con la alegría más honda,
yo le oferto al Niño Bueno
estas granadas de Zonda.

Le traigo al Niño Jesús
(pa´ que lo voy a negar)
el burro que el andaluz
busca y busca sin hallar.

Yo soy de Desamparados
y le traigo al Niño Dios
estos racimos dorados
que un noble sol maduró.

Del fondo de Calingasta
-tierra de amor y de luz-,
traigo un torito del asta
para al Niñito Jesús.

Y yo, de La Iglesia vengo
trayendoté, criaturita,
esta mansa vicuñita
que es lo único que tengo.

Vos me vais a perdonar
(que pa´algo sos divino),
pero hi teniu que robar
pa´ trairte este litro ´e vino.

Rosas de nieve y armiño
y este clavel reventón,
para ofertarlos al Niño
los traje de Concepción.

Niñito Dios, que te nimbas
de luz de amor y piedad,
te traigo desde Las Chimbas
los frutos de mi heredad.

De allá del Rincón Cercau
(yo tampoco sé mentir),
estos quesos hi robau,
por no dejar de venir.

Yo soy del Quinto Cuartel
y soy muy pobre, Niñito,
pero te traigo esta miel
y estas nueces del Pocito.

Una estrella esplendorosa
a mi me sirvió de guía
y al Niño ofrezco esta rosa
nacida en Santa Lucía.

No te me vais a enojar,
Niñito Dios de mi vida,
si me perturbo al hablar
porque soy de La Bebida.

Niñito divino y güeno:
sin gastarme en tanta labia,
que da risa y hasta rabia,
te traigo panes morenos
que hace un año, por lo menos,
horniaron en Rivadavia.